¿De qué sirve poder pensar en México?, ¿Quien puede desarrollar las capacidades y habilidades que el mercado exige? Aunque parezca que estas preguntas son disonantes, en el fondo tienen la misma respuesta. Sólo los ricos, los poderosos criollos tienen derecho a pensar. Para qué, para mantener su posición hegemónica.
Hace unos días descubrí que, a pesar de un esfuerzo mínimo o máximo, los estudiantes de las escuelas públicas -sobre todo los pobres, mestizos e indígenas- poco pueden hacer frente a los egresados de las escuelas privadas; generalmente blancos. El estudiante de la escuela pública sólo tiene una opción: aprender a obedecer, aprender a decir que sí, aprender a soportar los agravios de los simpáticos blanquitos que estudiaron administración, aprender la desorganización porque las cosas se hacen de un día para otro y así es el trabajo, aprender algo de computación e inglés para que el blanco se sienta moderno y benévolo con los desiguales.
Los maestros mal pagados de las escuelas públicas -por supuesto que me refiero a los maestros que trabajan hora/clase que son la mayoría- enseñan muy poco, quizá sólo sus frustaciones. Muestran que es mejor tener relaciones públicas que conocimiento, que es mejor no investigar y aprender a hacer algo técnico o hablar un idioma. El blanco necesita amigos -o por lo menos personal de confianza- en su empresa o en el gobierno, así como secretarías.
La vida le exige a los mestizos e indígenas esfuerzos sobrehumanos para poder sobrevivir, muy pocos logran responder como se debe. Benito Juárez es un ejemplo de esos titanes de nuestra raza que lo consiguieron. Al resto nos queda ser rebeldes, cuando el honor de la raza se impone o bien, aprender a mirar el futuro y ser subordinados, así se negocía la desobediencia, se chantajea al blanco para poder hacer ajustes históricos. Pero nadie piensa en quitarles el poder en serio, nadie se atreve a desplazarlos de su posición hegemónica en nuestras sociedades.
No entiendo porque mis alumnos no encuentran las oportunidades necesarias, por qué es más importante saber computación y relaciones sociales que ciencia política. Y, al final, nadie puede demostrar lo contrario. Será que la Universidad Pública es un saber sin poder......
Monday, July 30, 2007
Sunday, July 29, 2007
Política y Humanidad
¿Qué clase de ser son los políticos? Seres malvados, animales oportunistas, gusanos parasitarios, etc. Algunos dicen que, en efecto, poco se puede esperar de ellos. La mayor de las veces es una decepción el tenerlos cerca. Sin embargo, si se tiene claro el fin de la política, se pueda ser más prudente en las alternativas derivadas de la actividad que crea, desenvuelve y ejecuta el poder. Manuel Gómez Morín creó una sentencia adecuada acerca de la percepción política: que no haya ilusos, para que no haya desilusionados. Pero es tan difícil ser escéptico, que resulta imposible dejar de escuchar los discursos seductores de quienes aspiran a un cargo público. La realidad es quien nos demuestra la fragilidad de la condición humana; el mejor discurso no puede hacer nada contra el cáncer, contra las enfermedades y los conflictos. Es mentira que el orador detenga al León, éste seguramente no quiso comerlo para evitar el sinsabor.
Los políticos dicen que quieren cambiar la sociedad en que viven, pero ni siquiera pueden mejorar las condiciones de la misma. ¿Por qué creemos que los necesitamos?, ¿Por qué fue necesario un Winston Churchill?Los políticos son reflejo de las sociedades en que viven, se les necesita porque su instinto activa los dispositivos de organización social. Quizá los necesitamos para ver cuán humanos seguimos siendo: frágiles, salvajes y estúpidos.
La humanidad merece vivir mejor, pero depende de ella misma. Los políticos cambiarán si nosotros se los exigimos, mientran no lo hacemos hay que soportar la desilusión de su convivencia.
Los políticos dicen que quieren cambiar la sociedad en que viven, pero ni siquiera pueden mejorar las condiciones de la misma. ¿Por qué creemos que los necesitamos?, ¿Por qué fue necesario un Winston Churchill?Los políticos son reflejo de las sociedades en que viven, se les necesita porque su instinto activa los dispositivos de organización social. Quizá los necesitamos para ver cuán humanos seguimos siendo: frágiles, salvajes y estúpidos.
La humanidad merece vivir mejor, pero depende de ella misma. Los políticos cambiarán si nosotros se los exigimos, mientran no lo hacemos hay que soportar la desilusión de su convivencia.
Thursday, July 26, 2007
Pensamiento Criollo
¿Existe una forma criolla de pensar en América Latina? Si. Para algunos es mejor denominar al continente "Nación Iberoamericana" y allí descubren su forma hispánica o, mejor dicho, hispanófila de pensar las cosas. En una plática muy interesante con la Mtra. Patricia Campos, discutíamos acerca de si el pensamiento de Manuel Gómez Morín cae en esta categoría, al final pensamos que, en efecto, es el sitio correcto para ubicar a este pensador y político -mexicano por nacimiento, español por ideales-. Creo que el pensamiento hispanista es el hegemónico en América Latina, pero no es más que criollismo lo que en verdad manifiesta. A él habría que oponer el pensamiento mestizo e indígena y, porque no, hasta negro, pues éste también se encuentra en nuestra cartografía humana.
El criollismo es una forma racista de sobrevivencia que caracteriza a las personas de piel blanca en México y otros países latinoamericanos. Hay criollos de derecha e izquierda, donde el denominador común es la admiración por una España imaginaria, resistente o tradicionalista pero muy alejada de lo que es nuestro país. El criollismo es una expresión más de nuestra colonialidad y, por lo tanto, de nuestra modernidad frustrada o desgarrada. Los blancos aún se consideran como colonizadores que recién acaban de dejar las carabelas para civilizar a los aborígenes que se crucen en su camino y utilizan, consciente o incoscientemente, todo tipo de métodos para conseguirlo: religiosos, académicos, morales, raciales y económicos. El problema es que su conquista ya no tendrá éxito, la metrópoli en que piensan tampoco los acepta a ellos, son desterrados, aventureros, exiliados o transterrados. Y, en su neurosis, sólo piensan en dominar a quien se les atraviese para cumplir con la hidalguía de su alcurnia.
El nacionalismo revolucionario del Gral. Lázaro Cárdenas fue un obstáculo gigante para la expansión de este pensamiento, ahí sí se puede encontrar una modernidad que incluye a todos, una transmodernidad que supera las limitaciones del criollismo. El problema es que dicho nacionalismo fácilmente degenera en populismo y se desvía. Sin embargo, es necesario recuperarlo para ampliar el pensamiento político de nuestro continente o por lo menos de nuestro país.
El criollismo es una forma racista de sobrevivencia que caracteriza a las personas de piel blanca en México y otros países latinoamericanos. Hay criollos de derecha e izquierda, donde el denominador común es la admiración por una España imaginaria, resistente o tradicionalista pero muy alejada de lo que es nuestro país. El criollismo es una expresión más de nuestra colonialidad y, por lo tanto, de nuestra modernidad frustrada o desgarrada. Los blancos aún se consideran como colonizadores que recién acaban de dejar las carabelas para civilizar a los aborígenes que se crucen en su camino y utilizan, consciente o incoscientemente, todo tipo de métodos para conseguirlo: religiosos, académicos, morales, raciales y económicos. El problema es que su conquista ya no tendrá éxito, la metrópoli en que piensan tampoco los acepta a ellos, son desterrados, aventureros, exiliados o transterrados. Y, en su neurosis, sólo piensan en dominar a quien se les atraviese para cumplir con la hidalguía de su alcurnia.
El nacionalismo revolucionario del Gral. Lázaro Cárdenas fue un obstáculo gigante para la expansión de este pensamiento, ahí sí se puede encontrar una modernidad que incluye a todos, una transmodernidad que supera las limitaciones del criollismo. El problema es que dicho nacionalismo fácilmente degenera en populismo y se desvía. Sin embargo, es necesario recuperarlo para ampliar el pensamiento político de nuestro continente o por lo menos de nuestro país.
Wednesday, July 25, 2007
Modernidad
Estoy desarrollando un Proyecto de Investigación acerca de la Modernidad y Posmodernidad en el Sistema Político Mexicano, respecto del cual platicaba con Luis -uno de los mejores sociólogos de la BUAP-, me decía que en América Latina no hay ni siquiera modernidad sino transmodernidad. El concepto pertenece a Anibal Quijano o Enrique Dussel y creo que es muy significativo para la idea que pretendo desarrollar.
Ya algunos autores se refieren al caso de América Latina como una modernidad frustrada o desgarrada. La realidad se encarga de confirmarlo todos los días. Esta incapacidad de acercarse al modelo occidental está dada por la colonialidad de nuestra existencia. Una dependencia que se arraiga en los genes y hasta en el ambiente.
América Latina es una desesperación.
Ya algunos autores se refieren al caso de América Latina como una modernidad frustrada o desgarrada. La realidad se encarga de confirmarlo todos los días. Esta incapacidad de acercarse al modelo occidental está dada por la colonialidad de nuestra existencia. Una dependencia que se arraiga en los genes y hasta en el ambiente.
América Latina es una desesperación.
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